La protección ocular es uno de los aspectos más importantes dentro de la seguridad laboral. A diario, miles de trabajadores se exponen a polvo, chispas, químicos y partículas que pueden dañar la vista de manera irreversible. Los lentes de seguridad básicos ofrecen un nivel inicial de protección, pero cuando las condiciones son más exigentes, se hace necesario el uso de gafas especializadas con recubrimientos o certificaciones adicionales.
Lentes de seguridad estándar
Los lentes más comunes en el mercado suelen estar hechos de policarbonato, un material ligero y resistente a impactos moderados. Se utilizan en talleres, construcción ligera o mantenimiento general. Para identificar si cumplen con los requisitos mínimos, basta con revisar la marca ANSI Z87.1; si incluyen un símbolo “+”, significa que soportan impactos de mayor velocidad
Gafas con recubrimiento antiempañante
En ambientes donde la temperatura cambia bruscamente o se usan mascarillas, el empañamiento es un problema constante. Para evitarlo, algunas gafas incluyen tratamientos antiempañantes. Este tipo de gafas no solo mejora la visibilidad, también evita que el trabajador se quite las gafas para limpiarlas, reduciendo riesgos de accidente
Tipos avanzados de gafas de seguridad
- Protección balística: cuando el riesgo es extremo
En sectores como la minería, fuerzas armadas o industria pesada, los riesgos de impacto son mucho mayores. Para estos casos existen las gafas balísticas, diseñadas para resistir fragmentos y proyectiles pequeños. Estas cumplen normas como la MIL-PRF-31013 y, en algunos casos, superan los requisitos civiles de ANSI Z87.1
- Gafas con protección UV
No todos los riesgos vienen de objetos físicos. Los rayos solares también representan un peligro para la vista, sobre todo en trabajos prolongados al aire libre. Por eso, existen gafas de seguridad con filtros UV integrados, que además suelen incluir recubrimientos antiarañazos y antiempañantes para mayor comodidad.
La elección de gafas de seguridad no debe hacerse únicamente por comodidad o precio. Cada entorno laboral exige un nivel de protección diferente, y elegir el tipo correcto puede marcar la diferencia entre un accidente grave y un día de trabajo seguro. Invertir en gafas especializadas no solo protege la vista, también asegura que el trabajador pueda desempeñarse con mayor confianza y productividad.